El Museo de La Vilavella propone un recorrido cultural centrado en la historia local a través de la presencia y el uso de sus aguas termales.
Mediante restos arqueológicos y patrimonio cultural, el museo explica cómo La Vilavella nació junto a la Fuente Cálida (Font Calda) y se convirtió en un centro de prestigio en el turismo terapéutico en España durante los siglos XIX y XX.
La visita invita al público a conocer cómo los habitantes de cada época aprovecharon el tesoro de la tierra: el agua.
El antiguo Balneario del Cervellón de La Vilavella, fundado sobre los Baños del Común (1843), fue un complejo termal de referencia con fonda y oratorio.
Tras cambiar de propietarios, la fonda fue hospital durante la Guerra Civil y se derribó en 1943. Los baños fueron demolidos en 1987.
Hoy, el Oratorio es el único vestigio original que se conserva de aquel complejo y funciona como recepción del Museo de La Vilavella.
Prehistoria
La montaña de La Vilavella es un punto arqueológico estratégico (atalaya).
Los primeros pobladores se asentaron en la base del cerro, cerca del manantial, durante el Eneolítico (III milenio a. C.), dedicados a la agricultura y la caza.
No obstante, en la Edad del Bronce (1800-1000 a. C.), por motivos de seguridad, se reubicaron los asentamientos en la parte alta del castillo, a pesar de la distancia de la fuente de agua.
Los Íberos
Los Íberos Los íberos (siglo VI-I a. C.) se asentaban en lugares elevados, como el cerro del Castillo de La Vilavella, donde continuaron el poblamiento de la Edad del Bronce.
Eran una comunidad agraria y ganadera, experta en cerámica, que aprovechaba los recursos locales (agua y tierra) y el comercio marítimo con los fenicios.
El Imperio Romano
El Santuario romano se encuentra en la cima de la Montaña de Santa Bárbara, en una posición estratégica que domina La Plana y gran parte de la costa. Esta ubicación explica la riqueza arqueológica del entorno, con restos que abarcan desde la Edad del Bronce hasta la época medieval.
Con un posible origen ibérico, el santuario pasó a estar dedicado al dios Apolo en época romana.
Época Andalusí
Durante la época andalusí (siglos X-XI), se construyó una pequeña fortificación (hisn) en el cerro próximo a La Vilavella (Sarq al-Andalus).
Esta fortaleza (hoy solo queda una torre) fue un punto agrícola importante. Las tierras, incluida esta fortificación, fueron documentadas como conquistadas por el bando cristiano entre 1238 y 1241.
La Época Feudal
Después de la conquista de Jaime I, los musulmanes del castillo de Nules (La Vilavella) negociaron la rendición.
En 1251, el término fue otorgado a Guillem de Montcada, dando origen a la Nules cristiana.
El Castillo de La Vilavella, aunque ocupado un tiempo, fue perdiendo población y fue abandonado definitivamente hacia el siglo XV.
La Edad Moderna
A inicios del siglo XVI, los musulmanes de La Vilavella fueron forzados a ser moriscos, hecho que provocó la Revuelta de Espadán.
La economía se basaba en la agricultura de secano. En el año 1609, la expulsión de los moriscos despobló La Vilavella. Para recuperarla, Cristóbal de Centelles firmó la Carta de Repoblación (1611) con familias cristianas de Nules. En 1636 se creó el título de marqués de Nules.
Burguesía y Balnearios
Durante el siglo XIX, La Vilavella mantuvo la agricultura, pero creció gracias a la industria del esparto.
El factor clave de transformación fue el turismo terapéutico. La llegada de la burguesía por las aguas termales y la apertura de balnearios impulsó la economía y el comercio.
La construcción del lavadero (1845) y del ferrocarril (1862) facilitó este desarrollo.
La Guerra Civil
El frente de guerra llegó a La Vilavella en julio de 1938 (Batalla de Levante).
Las tropas franquistas vencieron la resistencia republicana y ocuparon la población el 7 de julio.
La zona se fortificó intensamente, pero debido al estancamiento, las fuerzas permanecieron defendiendo el territorio hasta que avanzaron hacia Valencia a finales de marzo de 1939.